Deseos

El sexo y la persona soltera

Solteras catolicos 547886

Esa fuerza poderosa es el impulso sexual. El deseo de tener relaciones sexuales es algo que Dios creó dentro de nosotros. No es sucio ni malo. El deseo sexual fue idea de Dios—no nuestra.

Su paciencia y sus críticas siempre constructivas y asertivas, fueron las que nos motivaron siempre a seguir. A Pamela, porque sin el trabajo de brigada que formamos no habría sido posible llegar a nuestra meta. A mi familia y amigos, por el apoyo incondicional y por soportar mi achaque humor ante la tensión. Gracias por todos los consejos, abrazos y tacitas de té reconfortantes en momentos difíciles.

La vida sexual de una persona que no es casada es una gran preocupación para Dios. Aunque te rebeles contra su posesión, le perteneces a Dios. Él te hizo y tiene el derecho absoluto de decirte lo que es bueno para ti. Y mi oración desde el principio es que puedas arrepentirte de tu alzamiento, incredulidad y desobediencia, y que puedas confiar en Cristo para perdón y vida para la gloria de Deidad. No eres de tu propiedad, fuiste comprado por un precio.

La arrojo como una sonda en tu alma para conocer su profundidad. Que el jardín del matrimonio te sirva para ese fin. Debes crear a un creador. Ese fin es la ascensión, el de hacer que la criatura supere al creador. La lecho cumple ese deber por instinto — oiréis decir: Le basta con adorar. Verdad es, pues de él depende la conservación de la especie. Y lo difícil entre lo difícil es cerrar por amor la mano por amor abierta. A la mujer-madre, corresponde el tomar como suyos los bienes de la raza. De ahí su grandeza intrínseca.

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