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Infidelidad femenina: ¿Por qué las mujeres son infieles?

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Y durante cuatro años le ha salido bien Podría ser ella Un romance diferente La infiel esposa conoció a su amante gracias a su marido, que entabló amistad con él en el colegio de sus hijos. Michael trabaja en el mismo campo profesional que ella —que también mantiene en secreto— y pronto Stephen les presentó. Pero enseguida decidió que debía pasar a la acción. En todo caso, mejora mi vida sexual con Stephen Ambos amantes empezaron a flirtear y a decirse guarrerías pero pasaron seis meses hasta que comenzó el romance propiamente dicho, y fue de una forma totalmente premeditada. Ambos amantes estaban muy nerviosos y el sexo no resultó lo intenso que esperaban. Aunque por un momento pensó en abandonar la aventura, decidió volver a intentarlo, pero de una forma en que los nervios no le jugaran una mala pasada. Aprovechó unas horas en las que su marido llevó a los niños al cine, llamó a casa de Michael, y le contó a su mujer que se había dejado unos papeles en una conferencia y su marido tenía que traérselos.

Esta vez han sido científicos de la Universidad de Chicago los que han enfocado sus conocimientos hacia el siempre controvertido campo de la infidelidad. Al menos en el país de Obama. Al parecer en el caso de los hombres se retrasa diez abriles y no es hasta los 50 cuando llegan a su punto álgido las ganas de tener 'aventuras'. Todavía se ha constatado que hay un notable grupo de hombres que se siente atraído por este grupo especialidad de mujeres, maduras, seguras y con experiencia. David Benoliel, vicepresidente de la web especializada en infieles, ashleymadison. Los motivos para ser infiel Los expertos señalan varios motivos principales que llevan tanto a mujeres como a hombres a tener un 'desliz': - Cambios hormonales - Aburrimiento y monotonía en las relaciones sexuales - Sentir falta de apoyo de parte de la pareja - No sentirse querido por la pareja, buscar cariño - Máximo confianza en uno mismo - Apremio de buscar salir de la hábito Ruptura matrimonial La condición social o el estado civil no condicionan estos deseos de infidelidad, ni siquiera la maternidad.

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