Loco

Besame cornudo

Ese hombre 374942

Ser esposa no es discutible. Tengo los papeles para probarlo. Pero caliente Me gustaría pensar que soy caliente. Realmente no creo que sea tan caliente. Así que dejo que me llamen Hotwife. Eso significa que estoy casada, PERO Escribo mis pensamientos y experiencias y comparto mis ideas y me desahogo y despotrico si lo deseo. No tiene que gustar y no hay que estar de acuerdo con lo que escribo.

Comentarios 3 Mi mujer Alejandra y yo Esteban, nos casamos jóvenes ella de 26 y yo de 28, siempre nos hemos llevado bien, llevamos mas de 4 años de novios, aun que ella quedo embarazada y nos casamos apresuradamente, gracias a esto jamás pudimos disfrutar nuestra vida de casados solos, tuvimos que cuidar a nuestro hijo y nos hizo falta alucinar y disfrutar de las cosas, ya tengo que aclarar que nos amamos muchísimo y el sexo siempre fue delicioso. Yo soy un empresario de ropa y accesorios para hombres y ella toda su vida fue bayadera de ballet y jazz, y siempre ha sido maestra de baile, ademas que le encanta ir al pabellón y siempre mantiene su cuerpo bravo, 4 años después de casarnos ella ya con 30 y yo con 32, la vida estaba mejor que nunca, ella tenia su propia corporación de danza y yo me había independizado para abrir mi propio bicoca y les tengo que decir que ella esta mas buena que jamás intentare describírselas lo mejor que puedo: es morena clara de ojos cafés, labios carnosos, cara alargada, cabello marchito negro, delgada pero con un barriga si no marcado pero si limitado manos pequeñas y hermosas, tetas no muy grandes pero paradas, pero lo que si tiene es un hermoso par de nalgas y piernas que han sido producto de toda la vida en ballet, respingaditas y preciosas y siempre ha sido una bagasa en la cama conmigo. Meses después yo solo podía pensar en eso un día le pregunte acerca de lo que conversamos y me djo- fue momento de calentura, una fantasía, no va a suceder. Ya estando ahí carlos nos esperaba nos saludamos y nos fuimos a sentar.

Ya le he cumplido la fantasía de coger con algunos amigos de él en trío o yo solita y me gusta mucho y disfruto verlo tan excitado cuando le platico lo que me gustó de uno u otro. Lo amo y es para mi mi hombre perfecto. Pero actualidad les contaré la historia de hace un año. Fue algo no planeado pero me encanto. Y me dijo tienes un cuerpo divino yo solo me sonroje pero no le joya nada al final a mi si me gusta que un hombre me alague y me digan cosas así claro sin llegar a lo vulgar. Bueno pues termino la primera encuentro y salí al baño y el conferencista se me acercó y me dijo es usted una mujer bastante guapa soy de Brasil te dejo mi tarjeta estoy hospedado en el hotel Grand Plaza le sonreí y me dije yo también. Y me propuse seguir de coqueta todo el curso total yo ya me sabía todo ese curso y solo me interesaba el certificado curricular. Salí y vi que mi marido se había dado cuenta de como me despedí de Javier y de cómo él me miraba. La tarde transcurrió tranquila ahí pude comprobar que Javier sabía mucho y que yo podría grabar mucho de él y claro él no perdía el tiempo para a acariciar mis piernas o mis asentaderas o mirar mis pechos.

Así fue que naturalmente siempre estuve rodeada de personalidades de 'bolsillos llenos' Tuve novios, cortas convivencias, amores pasajeros, amores perdidos que dolieron, amores que yo preferí dejarlos de lado, pero jamás había encontrado al verdadero hombre de mi vida. Eso pareció suceder cuando estaba llegando a mis treinta abriles, había asistido a una fiesta vip y en un cruce de miradas conocí al que en breve se transformaría en mi marido. Su comunidad andaba en el negocio de economía raíces, su padre era parte de una sociedad que se dedicaba a comprar casas para demoler, aprovechaban el terreno y levantaban importantes edificios para luego vender los apartamentos, un bicoca redondo. Valoré mucho de él que convenciera a su familia, fue difícil para mí puesto que yo o pertenecía a la comunidad y no era bien vista, sus padres eran muy arraigados a las tradiciones, empero mi prometido les hizo entender que el mundo había cambiado. A agonía de todo, hicimos doble ceremonia beata, una cristiana, una judía, así todos vivimos en paz. No puedo cabecear que en esos primeros años fui feliz junto a mi marido, no podía quejarme, me daba todos los gustos que puedan imaginarse, ropas, viajes, placer y obvio, sexo. En la planta baja se encontraba el gym donde solía ir un rato a mantenerme en forma, y por afuera un interminable parquizado con el mejor césped de la ciudad. En la azotea, había un enorme quincho para reuniones familiares y una preciosa piscina con reposeras y sombrillas, con un techo corredizo para cerrarla y climatizarla en días invernales.

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