Escritora, profesora y divulgadora. Es toda una declaración de intenciones para que él o ella sepa que no sentimos nada bonito o especial, ni lo vamos a sentir. De alguna manera estamos avisando de que es una relación sin importancia que no va a crecer, ni tampoco va a durar, de que nuestras vidas no se van a ver en absoluto afectadas. Con esa persona podemos tener sexo, pero no nos vamos a desnudar para follar.
Y es que, si no tienes ganas de notar miembros viriles en tu viril esfínter, obviamente, la cosa no va a funcionar. O al aparte, probar una vez. Para que no digan que no lo has axiomático todo en esta vida. Si el conjuro lo haces mientras escuchas un single de Madonna al revés y te bebes la sangre de encogido vírgenes, tiene el doble de eficacia. No sólo para la penetración rectal, claro, también para tu vida cotidiana. Pero el caso es que es importante llevar una buena respiración, que nos lleve a la relajación de los esfínteres. Sólo que, hasta que te hayas adaptado al pene en tu interior, te relajes. Una tiempo lo tengas ya todo controlado, puedes dedicarte a respirar y gemir como si no hubiera un mañana. Ni es que seas capaz de autofelarte.
Dicha situación tiene sus bases en el estado amoroso por el que pasan algunas personas, quienes hoy desean estar experiencias diferentes junto a un acompañante de vida, ese que entregue buenos momentos y los haga sentir singular. Sin embargo, existen una serie de conductas presentes en un grupo de mujeres que incompatibilizan con lo que ellos desean, generando en los hombres una pérdida de interés por una segunda conversación. Mujeres que no muestren interés: eso ocurre cuando el macho habla y no se siente tomado en cuenta. Acciones como interrumpir de forma constante la conversación, mirar innumerables veces el celular o responder con monosílabos ante una pregunta, son claras señales de desinterés que en una primera cita es gravísimo. Mujeres bastante interesadas: son todas aquellas chicas que en una primera instancia se muestran muy atentas a aspectos como: la situación económica, gustos, destinos de asueto, lugar de residencia, actividades y sitios donde el hombre sale a evadirse. Mujeres que todo lo critican: féminas que en un primer encuentro sacan las garras y lo dejan imaginar con sus comentarios negativos.
Eres una mujer, eres heterosexual, y tienes continuamente esa extraña, inquietante, recurrente e intensa fantasía en que un macho poderoso, autoritario te da lo tuyo. Y lo haces, ambos temiendo y disfrutando cada segundo. Si este es tu caso, como dice el antedicho, tengo buenas noticias, tengo malas noticiario y tengo algunos consejos. Antes de seguir, déjame presentarme. Me llamo Jay Wiseman.