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Hacer un francés: una práctica sexual para disfrute de ambos

Como conocer a un 39316

Puede que sea la postura que tengas que practicar este mes con tu pareja para salirte de la rutina. Pues para responder a esta pregunta debemos remontarnos al siglo XIX, cuando aparecieron los primeros prostíbulos en Europa. Cómo 'hacer' un griego de forma segura Para la penetración anal hay que tener una serie de consideraciones previas para que todo salga perfecto y seguro, el objetivo es buscar el placer y para ello debes tener en cuenta lo siguiente: La higiene es fundamental, recordemos la función principal del ano, por eso debemos limpiar bien la zona. Una buena recomendación es darse una ducha en pareja, así podéis ir calentando motores. Hay que relajarse, por eso la confianza en la pareja es importante.

Por eso, innovar en nuestras relaciones sexuales siempre es algo positivo, ya que descubrimos cosas que nos gustan y descartamos las que no. Es largar, si es a un hombre actuar una felación y un cunnilingus o siempre puedes optar por este vibrante que hace maravillas, lo dice Rosalía si es mujer. Su origen viene del siglo XIX, cuando aparecieron los primero prostíbulos en Europa, tanto para hombres como para mujeres. Consejos para 'hacer un francés' Tanto si tu pareja es un hombre como si es una mujer, hay una serie de consejos que hay que adeudar en cuenta a la hora de practicar sexo oral. Empieza despacio, comienza por besar otras partes de su cuerpo de camino al lugar favorecedor. Acaricia la zona y crea efecto ante lo que viene a línea. Si es a un hombre, puedes estimular también zonas como el bálano o los testículos. Y si es mujer, recorre el clítoris y el resto de zonas erógenas como los labios vaginales.

Es coña, las nuevas tecnologías pueden actuar milagros, pero este en concreto, también no. Pero al menos, mientras, podemos consolarnos con algo con lo que se han consolado millones de humanos a lo largo de la biografía cuando no han tenido su bocado de sexo. Sí, me refiero a la sabiduría. Porque de alguna parte tiene que venir aquello de hacerse una paja, echar un polvo o follar. Alguien tuvo que forjar aquellos conceptos, ponerlos de moda en la clandestinidad para que, finalmente, formen parte de nuestro rico y concupiscente fecha a día. El aspirar este polvo de tabaco por la nariz podía provocar bochornosos estornudos por lo que, los siempre elegantes aristócratas, solían eclipsarse a otra estancia para echarse unos polvos. Un día alguien tuvo que aprovechar esta excusa para ausentarse con el propósito de visitar a su amante lejos de miradas inquisidoras, comenzando así con la maravillosa tradición de llamar al acto sexual echar un polvo. Habla de un posible origen de la expresión a través de la fórmula latina Memento homo, jamás pulvis es, et in pulverem reverteris algo así como polvo somos, del polvo venimos y en polvo nos convertiremos.

Para dar respuesta a esta pregunta, debemos remontarnos al siglo XIX, en la época en la que empezaban a surgir los primeros prostíbulos en países como Francia, Italia o Alemania. Ahí, la clase media alta disfrutaba de lujos como coches de alta escala, alta costura, joyas elegantes, etc. Fue justo en este momento cuando se crearon los primeros burdeles y no solo de hombres, sino también de mujeres. El sexo oral fue aguado con la expresión de hacer un francés y el sexo anal con la de hacer un griego. Consejos para hacer un buen francés y disfrutar del sexo oral Si quieres deleitar a tu pareja con un buen francés y lograr que ámbito un orgasmo increíble, toma nota de los siguientes consejos. Besa, acaricia con la lengua y toca zonas como los testículos, el perineo o las ingles para que arda de placer. Varía el ritmo: ve alternando y cambiando el ritmo y la énfasis de los movimientos. Mírale a los ojos: si te atreves, no dudes en mantener el contacto visual con tu chico mientras les practicas amor oral.

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