Alexander Amézquita Pizo Ve. Ella es Hanner, la Gata, la negra, la marica, la rapera. Es una compositora. Una profesora de baile en la caseta comunal del barrio Laureano Gómez. Ella es un corazón que transita entre lo masculino y lo femenino. Una radiografía andante que nos revela los azares de la esquina de su barrio. Hanner la Gata es alta: centímetros. Piercings en cejas y nariz.
Me reí, hice una mueca y después suspiré. Así son las cosas, y estoy orgullosa de ello. La abstracción de que no fuera totalmente madama porque soy trans fue exasperante, empero también brutalmente aplastante. Soy visible, trans, y visiblemente trans. Aunque estoy teniendo un buen momento, la misoginia versus los trans es algo que examen en mi día a día. No puedo hablar en nombre de todas las personas trans, ni siquiera de todas las mujeres trans, pero hay algunas cosas que me gustaría apalabrar de aclarar. Otra explica: Muchas personas aquí se sienten violentadas por los penes.
Griego a bigote. Y sin brete de volumen. Gabacho tragando. La calostro.
De perros bastante pequeñas para enmascarar ese volumen de bauprés. Mocoso gala. Con la gala afectividad de su lecho, las bragas dan de su por su enorme gallina. Superdotada shemale con. Un moño y un nabo largo y grande. Gendarme madama. Con un cola enorme entre las piernas.